Medio millón de pobres
La Comunidad Valenciana ha sido una de las regiones más castigadas por la crisis en el período comprendido entre el segundo trimestre de 2008 y el primero de 2013, según el último número de Papeles de Economía Española editado por la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas). Los indicadores la sitúan en el grupo de las comunidades más afectadas, junto a Andalucía, Castilla-La Mancha y Murcia, frente a País Vasco, Madrid, Navarra y Castilla y León, que han sido las menos castigadas por la crisis.
En este período, la caída acumulada del Producto Interior Bruto (PIB) se ha situado cerca del 9%, la destrucción del empleo ha sido del 21% y la tasa de paro prácticamente se ha triplicado al aumentar del 10% al 29% en la población activa. La Comunidad Valenciana contaba con un índice de desarrollo de humano ligeramente inferior a la media española. Sin embargo, entre 2007 y 2011 es una de las comunidades que sufre mayor deterioro de dicho índice (seis puestos, del siete al 13) en el que se combinan indicadores de salud, educación y bienestar material, motivado por la fuerte caída de la renta y el gasto medio de las familias.
Asimismo, ha experimentado “un gran deterioro” en el índice de pobreza económica (pobreza material más exclusión social). Mientras que la pobreza se ha disparado 15 puntos por encima de la media nacional, la pobreza económica, que ha aumentando un 98% en España, alcanza en la Comunidad Valenciana el 171%. El porcentaje de hogares pobres, que tuvo un incremento del 2% en España, en la Comunidad Valenciana se elevó un 8%. El dato la sitúa entre las regiones con peores registros por la ampliación de la brecha relativa de pobreza como por la intensidad con la que se manifiesta el desempleo de larga duración.
La estructura productiva de la Comunidad Valenciana presentaba un peso muy elevado de las actividades inmobiliarias y de construcción (el 22,2% del PIB), y este ha sido uno de los factores que más negativamente han contribuido a la caída del PIB. El informe incide en que las consecuencias de la recesión sobre el nivel de vida de los ciudadanos de la Comunidad Valenciana “van más allá” de la evolución observada en el PIB per cápita y la tasa de paro y afectan a factores relacionados con el desarrollo humano o la pobreza económica.
En lo que se refiere a la dotación de factores productivos, la ratio de capital por habitante, la Comunidad Valenciana “está por debajo de la media del país”. Y al segregar el componente residencial (de gran importancia por el desarrollo del turismo) y tomar en consideración solo el capital no residencial (más relevante como capital productivo) “todavía se ahonda más” la distancia con la media nacional, aunque se detecta “una elevada productividad de ese capital no residencial”. El informe señala que una mejora de las dotaciones del capital no residencial, equiparándose con la media de España, produciría un impacto muy positivo sobre la producción.
En relación con el factor trabajo, la Comunidad Valenciana contaba, antes de esta gran recesión, con una tasa de paro similar a la media nacional (del 8% de la población activa), pero las consecuencias de la crisis la han situado “entre las regiones con mayor destrucción de empleo y superando la ya de por sí elevada tasa media de paro nacional”. Al tener una tasa de paro tan elevada, señala el estudio, la educación, cuyo nivel es equiparable al resto del país, tiene un impacto bastante superior a la media nacional en su capacidad para reducir la probabilidad de desempleo de la población, aunque sus efectos sobre los salarios son algo menores.
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