jueves, 17 de septiembre de 2015

¿QUE CONOCE EL CONCEJAL DE PARTICIPACIÓN CIUDADANA, SOBRE DEMOCRACIA PARTICIPATIVA?

En estos momentos se está procediendo a la renovación de electos en los diferentes consejos (sectoriales y participativos) en nuestra ciudad y observamos con pesimismo que el concejal J. Fernández  sigue la inercia generada por el anterior equipo de gobierno.
Da la sensación que, para este concejal, la idea de democracia participativa se contrapone por principio, entre la autonomía de las instituciones y la implicación activa de la ciudadanía y su deseo parece ser sustituir el dialogo por el clientelismo.
La política democrática no puede reducirse a mostrar periódicamente su acuerdo o no con las decisiones de los gobernantes. Tiene que estimular que quienes deciden escuchen a todos y tengan disposición para llegar a acuerdos. Tiene que poner en valor el diálogo permanente, fomentando la ciudadanía como eje de la democracia, como mejor instrumento de transformación y progreso social. Es la ciudadanía la que tiene que hacer aflorar las prioridades. Aspirar a conformarlas
La democracia de mayor calidad sólo puede conseguirse mediante una participación más activa, directa y numerosa de los paterneros y paterneras, por medio del establecimiento de nuevos instrumentos que hagan percibir la participación como una conducta que tiene reflejo en hechos concretos.
“La idea de participación debe partir de una actitud ciudadana de implicación responsable que ejerce derechos y asume responsabilidades”.
Sabemos de las dificultades de este proyecto. Somos conscientes de las limitaciones actuales de la participación ciudadana. Contamos de partida con que muchas veces se circunscribe a colectivos organizados. O que en otras está muy vinculada a intereses inmediatos, propiciados por una forma de ver la participación pasiva en la que los actores no intervienen en la toma de decisiones.
No obstante, la causa es la ausencia de estructuras institucionales de participación efectiva y diálogo entre los poderes públicos y las organizaciones de la sociedad civil.
Para ello es imprescindible incorporar el valor de la participación a todas las actuaciones tanto desde los grupos políticos y el Ayuntamiento,  como desde nuestro entorno, propiciando así el desarrollo de una cultura participativa.

Como base para esta participación activa, deben promoverse las reformas que favorezcan y garanticen el acceso libre y la transmisión fluida de la información, la comunicación en red, el diálogo directo entre los ciudadanos y los poderes públicos. Reformas que incrementen las aportaciones de la ciudadanía, que refuercen los espacios colectivos y que fomenten el voluntariado.

Se trata que toda la ciudadanía se sienta protagonista del cambio social.



1.Cogestión publica, entendida como un espacio de interacción entre la ciudadanía, las/os políticas/os y el personal técnico, en el que:
  • Los ciudadanos/as a través de su participación activa deciden y comunican, se forman e informan y ejercen el control del proceso.
  • Las/os técnicas/os asesoran sobre la viabilidad legal y técnica.
  • Las /os representantes políticas/os asumen las decisiones y ejecutan, además de comprometerse a discutir sus propuestas con la ciudadanía
El principio de cogestión pública también supone establecer un seguimiento ciudadano sobre los gastos a medida que se va ejecutando el presupuesto. Del mismo modo, requiere y promueve  canales de información y comunicación que garanticen la transparencia del proceso.

2.- Democracia directa,  que se formalizará en la creación de asambleas públicas, las cuales serán abiertas garantizando una participación igual y universal, basándose en la idea de una mujer/un hombre, un voto. Para que este principio se cumpla plenamente será necesario fomentar la implicación de toda la ciudadanía.Las decisiones así alcanzadas serán de carácter vinculante. En consecuencia, la delegación deberá ser puntual y con mandato imperativo desde las asambleas.

3.- Planificación comunitaria, la intervención activa de la ciudadanía supone un procedimiento de planificación, que atienda a los siguientes objetivos prioritarios:
  • Redistribución de las inversiones en base  a principios de solidaridad y justicia social.
  •  Articulación de procesos de desarrollo comunitario contando con el protagonismo del tejido social formal e informal.
  • Capacitación y educación popular, en procesos de corresponsabilidad donde aprenden tanto la ciudadanía como el técnicos/as y el políticos/as.
  • Defensa de lo público.
4.- Espacio ciudadano y abierto. Los presupuestos participativos en tanto que espacio deliberativo y de convivencia se caracterizan por:
  • La autorregulación, la propia ciudadanía establece las reglas del funcionamiento de los presupuestos participativos, sin excluir las competencias legales propias del ayuntamiento.
  • El dinamismo, que se concreta en un ciclo anual revisable y mejorable.

5- Proceso vinculante, en virtud del cual las decisiones tomadas se incorporan en los presupuestos municipales. Por ello se garantiza la corresponsabilidad ciudadana, técnica y política en la creación de un proceso transparente y con seguimiento.

6.- Justicia social, propiciando la redistribución de la riqueza por zonas y sectores, atendiendo prioritariamente en la inversión, a aquellas más desfavorecidas, de acuerdos a criterios de necesidades básicas. Además, se promoverá la discriminación positiva de los sectores más desfavorecidos, garantizando cuotas de participación. Todo desde una perspectiva solidaria para construir nuestra ciudad, basada en la concienciación acerca de los problemas comunes, el bienestar social y la educación.

Por todo ello deberíamos empezar de nuevo a recuperar la definición de democracia participativa para que TODOS/AS tuviéramos el convencimiento y el conocimiento  de cuáles son los objetivos, los medios y los fines de la misma, que no son otros que los de  generar procesos de participación directa  y de corresponsabilidad  y cogestión publica en el ámbito local, a fin de complementar la democracia representativa.
Conocemos la dificultad que este tipo de elección directa conlleva, dado el poco entusiasmo que un proceso de estas características, genera en el aparato de los Partidos Políticos, pero debe ser una apuesta firme de TODOS/AS,  para caminar en esa dirección.

Lamentablemente no parece que este concejal, ni sus compañeros de viaje, sepan o estén capacitados, dadas sus limitaciones políticas, en implementar este modelo participativo, y fundamentalmente que no creen en el mismo.

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