En
estos momentos se está procediendo a la renovación de electos en los diferentes
consejos (sectoriales y participativos) en nuestra ciudad y observamos con
pesimismo que el concejal J. Fernández
sigue la inercia generada por el anterior equipo de gobierno.
Da
la sensación que, para este concejal,
la idea de democracia participativa se contrapone por principio, entre la
autonomía de las instituciones y la implicación activa de la ciudadanía y su
deseo parece ser sustituir el dialogo por el clientelismo.
La política democrática no puede
reducirse a mostrar periódicamente su acuerdo o no con las decisiones de los
gobernantes. Tiene que estimular que quienes deciden escuchen a todos y tengan
disposición para llegar a acuerdos. Tiene que poner en valor el diálogo permanente,
fomentando la ciudadanía como eje de la democracia, como mejor instrumento de
transformación y progreso social. Es la ciudadanía la que tiene que hacer aflorar
las prioridades. Aspirar a conformarlas
La democracia de mayor calidad sólo
puede conseguirse mediante una participación más activa, directa y numerosa de
los paterneros y paterneras, por medio del establecimiento de nuevos
instrumentos que hagan percibir la participación como una conducta que tiene reflejo
en hechos concretos.
“La idea de participación debe partir
de una actitud ciudadana de implicación responsable que ejerce derechos y asume
responsabilidades”.
Sabemos de las dificultades de este
proyecto. Somos conscientes de las limitaciones actuales de la participación
ciudadana. Contamos de partida con que muchas veces se circunscribe a
colectivos organizados. O que en otras está muy vinculada a intereses inmediatos,
propiciados por una forma de ver la participación pasiva en la que los actores no
intervienen en la toma de decisiones.
No
obstante, la causa es la ausencia de estructuras institucionales de
participación efectiva y diálogo entre los poderes públicos y las
organizaciones de la sociedad civil.
Para ello es imprescindible incorporar
el valor de la participación a todas las actuaciones tanto desde los grupos
políticos y el Ayuntamiento, como desde
nuestro entorno, propiciando así el desarrollo de una cultura participativa.
Como
base para esta participación activa, deben promoverse las reformas que favorezcan
y garanticen el acceso libre y la transmisión fluida de la información, la
comunicación en red, el diálogo directo entre los ciudadanos y los poderes
públicos. Reformas que incrementen las aportaciones de la ciudadanía, que
refuercen los espacios colectivos y que fomenten el voluntariado.
Se trata
que toda la ciudadanía se sienta protagonista del cambio social.
1.- Cogestión publica, entendida
como un espacio de interacción entre la ciudadanía, las/os políticas/os y el
personal técnico, en el que:
- Los ciudadanos/as a través de su participación activa deciden y comunican, se forman e informan y ejercen el control del proceso.
- Las/os técnicas/os asesoran sobre la viabilidad legal y técnica.
- Las /os representantes políticas/os asumen las decisiones y ejecutan, además de comprometerse a discutir sus propuestas con la ciudadanía
El principio de cogestión pública también supone
establecer un seguimiento ciudadano sobre los gastos a medida que se va
ejecutando el presupuesto. Del mismo modo, requiere y promueve canales de información y comunicación que
garanticen la transparencia del proceso.
2.- Democracia
directa, que se
formalizará en la creación de asambleas públicas, las cuales serán abiertas
garantizando una participación igual y universal, basándose en la idea de una
mujer/un hombre, un voto. Para que este principio se cumpla plenamente será
necesario fomentar la implicación de toda la ciudadanía.Las decisiones así alcanzadas serán de carácter
vinculante. En consecuencia, la delegación deberá ser puntual y con mandato
imperativo desde las asambleas.
3.- Planificación comunitaria, la
intervención activa de la ciudadanía supone un procedimiento de planificación,
que atienda a los siguientes objetivos prioritarios:
- Redistribución de las inversiones en base a principios de solidaridad y justicia social.
- Articulación de procesos de desarrollo comunitario contando con el protagonismo del tejido social formal e informal.
- Capacitación y educación popular, en procesos de corresponsabilidad donde aprenden tanto la ciudadanía como el técnicos/as y el políticos/as.
- Defensa de lo público.
4.- Espacio ciudadano y abierto. Los presupuestos participativos en tanto que espacio deliberativo y de convivencia se caracterizan por:
- La autorregulación, la propia ciudadanía establece las reglas del funcionamiento de los presupuestos participativos, sin excluir las competencias legales propias del ayuntamiento.
- El dinamismo, que se concreta en un ciclo anual revisable y mejorable.
5- Proceso
vinculante, en virtud del cual las decisiones tomadas se
incorporan en los presupuestos municipales. Por ello se garantiza la
corresponsabilidad ciudadana, técnica y política en la creación de un proceso
transparente y con seguimiento.
6.- Justicia social,
propiciando la redistribución de la riqueza por zonas y sectores, atendiendo
prioritariamente en la inversión, a aquellas más desfavorecidas, de acuerdos a criterios
de necesidades básicas. Además, se promoverá la discriminación positiva de los
sectores más desfavorecidos, garantizando cuotas de participación. Todo desde
una perspectiva solidaria para construir nuestra ciudad, basada en la
concienciación acerca de los problemas comunes, el bienestar social y la
educación.
Por
todo ello deberíamos empezar de nuevo a recuperar la definición de democracia participativa para que TODOS/AS
tuviéramos el convencimiento y el conocimiento
de cuáles son los objetivos, los medios y los fines de la misma, que no
son otros que los de generar procesos de participación directa y de
corresponsabilidad y cogestión publica
en el ámbito local, a fin de complementar la democracia representativa.
Conocemos
la dificultad que este tipo de elección directa conlleva, dado el poco
entusiasmo que un proceso de estas características, genera en el aparato de los
Partidos Políticos, pero debe ser una apuesta firme de TODOS/AS, para caminar en
esa dirección.
Lamentablemente
no parece que este concejal, ni sus compañeros de viaje, sepan o estén
capacitados, dadas sus limitaciones políticas, en implementar este modelo
participativo, y fundamentalmente que no creen en el mismo.
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