Se
cumplen más de tres meses, desde de las elecciones del 24-M, que dieron
entrada a la ‘nueva política’ en el Ayuntamientos de Paterna y parece que no ha
cambiado o muy poco, sobre la anterior legislatura. En estos tres meses de
nuevas y algunas veteranas caras, las viejas costumbres que tanto logran
enfadar a los votantes siguen a la orden del día. Y es que la polémica sigue
sobrevolando el Ayuntamientos: delegación
de competencias a concejales sin experiencia, ni capacidad, dedazos, amiguismo
y clientelismo político, asesores sin experiencia o de dudosa
capacidad para el cargo, etc., etc.
La polémica sigue
sobrevolando sobre los nuevos responsables municipales recientemente elegidos:
sueldos elevados, asesores sin experiencia, cargos sospechosos, amiguismo,
gente de dudosa capacidad para asesorar o enchufismo de compañeros sin
cargo… la historia de nunca acabar.
Pese
a que alguno pudiera pensar que las pasadas elecciones cohibirían a los
partícipes de la 'vieja/nueva política',
nada más lejos de la realidad, siguen al pie del cañón. Y es que no se
libra nadie, desde los afianzados nuevos alcaldes del bipartidismo que
copan la mayoría de los casos, hasta los aislados, pero existentes, desmadres
de algunos representantes de la nueva política. Algo para lo que no han
esperado demasiado. Desde el primer pleno tras su investidura, el Alcaldes ha hecho una declaración de
intenciones directa.
Hasta la fecha, según las informaciones que se han ido
publicando en los diarios y redes sociales, en el Ayuntamiento de Paterna, se
han producido situaciones en las que la
“vieja/nueva política” se ha manifestado con verdadero cinismo y descaro,
como por ejemplo:
- La impudicia en el reparto de competencias, sueldos y salarios entre los partidos políticos, especialmente en PSPV, PP Y Ciudadanos.
- La desvergüenza del Alcalde, en el nombramiento de tenencias de alcaldía a concejales no aptos para el cargo (algún día conoceremos que ha pasado con el concejal de hacienda dimitido).
- La desfachatez del autonombramiento por Sagredo de Presidente de Gespa. ETC.
Pero
la cosa no se queda solo en el reparto de sueldos (que aumenta un 19%) y es que si hay algo que indigne más al electorado que el reparto de
salarios de los políticos, son los
enchufes que se ejercen desde los consistorios. No es ningún secreto que la
figura del asesor, pese a que es usada correctamente en muchos ayuntamientos,
se utiliza en multitud de ocasiones para situar en cargos de confianza
remunerados con dinero público a personas del partido que se
han quedado sin cargo en los anteriores comicios electorales y, por lo tanto,
sin salario.
Podríamos
enumerar algunos casos significativos en nuestro ayuntamiento, en casi todos
los partidos, pero hay algunos casos que sirven como ejemplo:
- El ex concejal de PSOE, que ha sido contratado recientemente en Gespa.
- El responsable de gabinete de Sagredo (ex concejal del PSOE del Ayto. de Valencia).
- Y algunos otros de diferentes partidos, de los que desconocemos como han accedido al cargo de asesores por: ¿relaciones familiares? ¿afinidades políticas? ¿intercambio de cargos de asesores entre instituciones públicas?
¿Pero que es un asesor?
El
asesor político es aquel del que se fía el político. Lo que implica que a
él le encomienda funciones de distinta naturaleza: desde escribirle un
discurso, hasta elegirle la corbata, al fin y al cabo, son puestos que se
reparten a dedo
Pero,
al final, el cometido del asesor político se reduce a uno: ser la mano derecha
del cargo político. Y son considerados como personal eventual de la
administración pública.
La nómina de los que disfrazan su
enchufismo con el rimbombante apellido de ‘asesor’, nos cuestan un pastón.
En otro post, hablaremos del coste de los políticos, tanto en el
ayuntamiento, como en el resto de instituciones (Diputación. Cortes y Consell).
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