Recientemente un grupo político, denunciaba
que Aigües de Paterna solo abonaba 30.000 euros como subvención por buenas
prácticas medioambientales, eufemismo que utilizó el PP, para aumentar la
tarifa medioambiental.
Es importante reseñar que en dicha
tarifa, se incluyó como coste dicha subvención por un importe de 230.000 euros
anuales, para “devolver” la Tamer, promesa del PP que no se cumple.
Curiosamente el PP utiliza este subterfugio para crear una doble imposición,
por un lado pagamos la Tamer y por el otro los paterneros nos pagamos la
subvención. (¿????).
Por qué nos preguntamos que el
PP permite que 600 mil euros de los paterneros, aumenten los beneficios de
Aigües de Paterna, la conclusión es clara, si la tarifa se empezó a cobrar en
el año 2012, hasta hoy han pasado tres años y la cuenta, si no nos equivocamos, sería la siguiente:
CONCEPTO
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2012
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2013
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2014
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TOTALES
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Importe cobrado tarifa
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230.000,00€
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230.000,00€
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230.000,00€
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690.000,00€
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Subvención devuelta
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-30.000,00€
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-30.000,00€
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-30.000,00€
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-90.000,00€
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Diferencia
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200.000,00€
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200.000,00€
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200.000,00€
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600.000,00€
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Fuente: Costes tarifa medioambiental
2011; Hemos considerado el mismo importe para 2014.
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En este
sentido se nos ocurren algunas preguntas:
1.
¿Este diferencial ha ido a beneficios?
2.
Si es así por qué el Consejo de Administración
(PP), ¿lo permite?
Por otro lado
el PP para este año, acaba de decidir subir la tasa a todos los ciudadanos
a pesar de que Aigües de Paterna, tuvo beneficios de 531 mil euros en el
ejercicio 2012 y 475 mil euros en 2013, todo y a pesar de que la facturación,
el EBITDA, sigue creciendo según detalle.
El caso
no pasaría de ser anecdótico si no fuera porque la gestora no es pública sino
privada, pues está participada al 51% por el Ayuntamiento gobernado por el PP y
al 49% por el Grupo Agbar, una transnacional de matriz francesa (Grupo Suez).
Podríamos
entender que el sistema de concesiones al “oligopolio del agua” tendría sentido
si redundara en beneficio de los ciudadanos, pero en Cuentas Claras entendemos
que la privatización del servicio no deriva en una mejora para el ciudadano, a pesar
de las leves mejoras que obtienen, entre otras cosas, por la laxitud en el
control de la actividad del operador privado por parte del Consejo de Administración
de Aigües, del PP de Paterna.
La ecuación es sencilla y, como es
habitual, el intermediario se lleva el beneficio a cambio de encarecer el
precio del producto en plena crisis económica. Como podemos comprobar, el agua se está
convirtiendo en el gran negocio para las multinacionales y ante la falta de
liquidez que sufren actualmente los ayuntamientos, las empresas les ofrecen sus
servicios para beneficiarse a su costa. Además son empresas que no tienen
competencia local teniendo clientes fijos y buenos pagadores que les proporcionan
un flujo monetario fijo y continuado. Es decir, con la privatización del agua,
se genera un monopolio natural, donde la competencia sólo se puede dar en el
principio de la concesión pública, pero posteriormente desaparece y el usuario
esta al libre criterio económico de la empresa.
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